En La Nave no se estudia, se aprende
Y se aprende haciendo con las manos porque no hay forma mejor, o al menos nosotros no la conocemos, de asimilar todos los conocimientos aprendidos que poniéndolos en práctica.
Haciendo siempre honor a su apellido, Ignacio es de esas personas que saben transmitir confianza al equipo. Los años de profesión (y la barba) le han convertido en un viejo lobo al que da gusto escuchar, y sus batallitas siempre esconden sabias enseñanzas.
Aventurera de corazón, Isa lleva años viajando por los remotos mares del diseño. Ha pasado de aprendiz a maestra casi sin darse cuenta: ahora lleva con soltura los galones de capitana de La Nave, en la que sigue explorando tierras desconocidas.