La idea inicial era crear una herramienta que fuese útil e hiciese la vida más fácil a las personas que han tenido un ataque al corazón. Pero no estaba seguro de qué tipo de ayuda: ayudarlos con una rutina de gimnasio adecuada para ellos, control de medicamentos, horas de sueño, etc. Hay muchas aplicaciones y herramientas sobre este tema.
Mis primeros pasos se centraron en tratar de entender el sistema médico y tratar de encontrar una oportunidad.
En un primer momento, quería enfocarme en personas mayores de entre 75 y 85 años de edad, que son más propensas a tener estos problemas médicos.
Después de muchas entrevistas con médicos y pacientes, me di cuenta que había más oportunidades de crear una herramienta para los jóvenes que habían sufrido un ataque al corazón, jóvenes de entre 35 y 45 años.
Dos perfiles y necesidades totalmente diferentes.
Los jóvenes llevan una vida más activa. Quieren hacer deporte, viajar, comer lo que quieran; mientras que las personas mayores tienen un estilo de vida más sedentario y se acomodan más fácilmente a las barreras que les supone haber tenido un ataque al corazón.